Comorbilidad

LA COMORBILIDAD

Presencia de dos o mas enfermedades al mismo tiempo en una persona 

Los trastornos asociados más comunes en la dislexia, y que repercuten directamente en el aprendizaje, agravando más las dificultades manifiestas son el Trastorno de Escritura, Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), el trastorno del cálculo, el trastorno de la coordinación y los trastornos afectivos y/o comportamentales.

Trastorno de Escritura

Asociado claramente al trastorno de lectura, la alteración escritora se manifiesta principalmente por una dificultad altamente significativa en la integración de la ortografia natural y arbitraria, dificultades en la estructuración sintáctica y de acceso al léxico. El niño que es diagnosticado de trastorno de escritura debe cumplir los siguientes criterios:

A. El rendimiento en escritura, medido mediante pruebas de precisión normalizadas y administradas individualmente, se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado dada la edad cronológica del sujeto, su cociente intelectual y la escolaridad propia de su edad.

B. La alteración del criterio A interfiere significativamente el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para la lectura.

C. Si existe un déficit sensorial, las dificultades para la escritura exceden las habitualmente asociadas a él.




Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH)

Aparte del Trastorno de escritura, el TDAH es el trastorno más asociado a la dislexia. Siguiendo un estudio de Shaywitz i Shaywitz, el TDAH puede encontrarse en un 33% de los niños con dislexia. De los niños con TDAH, entre un 8 y un 39 % presentan dislexia.

El TDAH describe un conjunto de síntomas de los cuales son características esenciales la incapacidad para mantener la atención, la tendencia a la distracción y el estado permanente de movilidad. La característica esencial, por tanto, es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que resulta más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar.



Trastorno del Cálculo

La discalculia es un trastorno específico de las capacidades aritméticas en un niño con un nivel de inteligencia que no impide el aprendizaje de la aritmética. Existe una importante comorbilidad con la dislexia porque se implican mecanismos genéticos relacionados y porque mecanismos cognitivos comunes contribuyen en el aprendizaje de la lectura y de la aritmética. Según los procesos implicados existen distintos tipos de discalculia:

- Anarritmia: dificultades para las sumas, restas y multiplicaciones.

- Discalculia atencional-secuencial: dificultades para el aprendizaje y evocación de

las tablas de multiplicar.

- Discalculia espacial: manejo de los problemas aritméticos con múltiples columnas. 

Independientemente de las formas de discalculia, difíciles de individualizar, en la mayoría de los casos puede haber un error específico en las capacidades de cálculo muy asociadas a déficits atencionales. 



Trastorno de la Coordinación 

La dishabilidad motriz, o tal como la define el DSM-IV, el trastorno en el desarrollo de la coordinación, se define como un rendimiento inadecuado en coordinación motriz, por debajo de la edad cronológica del sujeto o de su capacidad intelectual, que interfiere en su rendimiento académico y las actividades cotidianas de la vida diaria. Puede manifestarse de múltiples maneras. Las más comunes en la dislexia son las expresadas como incapacidad para establecer secuencias motrices, déficit en la ejecución (ejercicio, coordinación y/o gesticulación, integración de rutinas motrices). También afecta al grafismo, ya sea por el propio trastorno de la coordinación o por una combinación de éste con un déficit perceptivo-visual.




Trastorno afectivo 

Los niños con trastorno de aprendizaje en general, y con dislexia en particular, presentan el peligro de manifestar alteraciones en su vida afectiva como consecuencia de los continuos fracasos que experimentan tanto en el ámbito escolar como en las actividades de la vida cotidiana, que incluye continuamente acciones o tareas propias del dominio de sus dificultades. En consecuencia se pueden desarrollar problemas emocionales y/o comportamentales como ansiedad manifiesta más habitualmente en problemas alimentarios o de sueño, somatizaciones, irritabilidad, cambios de humor. También pueden presentarse síntomas depresivos y trastornos relacionados secundarios a su pobre autoconcepto, que dificulta la interacción con el entorno, así como trastornos de conducta perturbadora. 



L.P Clara Isabel Palma García 


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